Como cualquier Escuela de Judo, una vez llega el fin de curso, llega el momento del paso de grado. Un momento especial en nuestro deporte, un momento cargado de emoción y que ha de ser puesto en valor siempre por cualquier Judoca, ya sea profesor o practicante.

Y este año -segundo de pandemia- más si cabe, pues todos los judocas de nuestra Escuela, han sido magníficos portadores y representantes de nuestros valores. Estoicamente aguataron todas las vicisitudes que la realidad les ha ido deparando. Han hecho judo en tatami, en el suelo, con mascarilla, en exterior, con frío, con calor, sin judogi…. Han sido judocas en todas las circunstancias y de alguna forma, han cumplido con esa máxima de nuestro deporte que dice que un buen judoca no deja nunca de serlo.

Se han ido adaptando a cualquier situación y es por ello, que absolutamente todos, han conseguido un grado superior al que tenían al empezar el curso allá por septiembre. Nunca más merecido. ¡¡Enhorabuena a todos!!